La creciente intersección entre las normas europeas sobre productos y la venta telemática de productos por Deutsche Recycling

Durante la pandemia, muchas empresas se dieron cuenta de la importancia del comercio electrónico para compensar gran parte de las ventas perdidas por el cierre de las...

Durante la pandemia, muchas empresas se dieron cuenta de la importancia del comercio electrónico para compensar gran parte de las ventas perdidas por el cierre de las tiendas y establecimientos durante los largos confinamientos de dicho periodo.


Ya en 2019, las autoridades de la UE también se percataron de esta tendencia y en su afán por regular los mercados y evitar excesos y abusos, se pusieron manos a la obra y aprobaron el Reglamento de Vigilancia del Mercado y Conformidad de los Productos que entró en 2021.


¿Qué regula el Reglamento de Vigilancia del Mercado de la UE?


Hay muchos puntos a destacar en esta nueva normativa, pero nos enfocamos en tres que juzgamos relevantes:


Los agentes económicos que comercializan productos en la UE están obligados a conservar toda la documentación técnica, por ejemplo, declaraciones de conformidad, a compartir estos datos con las autoridades de vigilancia del mercado y a cooperar con ellas en casos justificados, por ejemplo, cuando un producto en cuestión presenta un riesgo. El Reglamento menciona explícitamente que su ámbito de aplicación incluye la seguridad de los juguetes tal como se define en la Directiva 2009/48/CE.

 Tras la entrada en vigor de este Reglamento, las grandes plataformas de comercio telemático también son responsables si ofrecen productos que no cumplen con las obligaciones de esta norma. Por ello, estas empresas se han esforzado en exigir a todos los vendedores de productos activos en estos portales que cumplan con los requisitos legales vigentes en Europa, como, por ejemplo:

a) Prueba de que disponen de número de IVA en los países donde ofrecen sus productos,


b) Tener un representante autorizado en el caso de las empresas no comunitarias sin establecimientos en la UE; y


c) Exigencia a los vendedores de bienes que proporcionen registros EPR (Responsabilidad Ampliada del Productor en inglés) para la protección del medio ambiente, por citar sólo algunas normas.


Estos deberes aplican a toda empresa que gestione su tienda en línea o web shop propia que esté claramente dirigida a usuarios de la UE. Los criterios utilizados para determinar si una empresa se dedica a la venta en línea o a distancia hacia la UE son:

a) las zonas geográficas en las que es posible la entrega de los bienes (es decir, que los bienes adquiridos en línea se entregan en la dirección dentro de la UE facilitada por el comprador),


b) los idiomas utilizados para la oferta o pedido de productos (lo que equivale a exigir que la tienda en línea debe presentarse en una lengua oficial del país objetivo en la UE),


c) los métodos de pago (es decir, que las compras se acepten en la moneda legal del país de destino de la tienda telemática). Para más detalles, véase: https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=CELEX:52021XC0323(01) (Sección 2.1 Ámbito de aplicación).


¿Quién debe cumplir con el reglamento?


Si una tienda en línea cumple todas las condiciones enumeradas en el punto 3, el operador de la tienda virtual tiene las mismas obligaciones legales que el comerciante con sede física, en los países de la UE donde ofrece sus bienes.


Por lo tanto, los fabricantes con tiendas web propias en diferentes países de la UE deben conocer las obligaciones legales que les atañen. Estos deberes son, en primer lugar, responsabilidad del fabricante o productor establecido en la UE y sólo pueden delegarse de forma solidaria a importadores, representantes autorizados o prestadores de servicios logísticos si éstos intervienen de algún modo en el flujo de dichas mercancías.


La externalización o subcontratación para cumplir con las obligaciones legales en la UE ahorra tiempo y dinero


Deutsche Recycling puede ofrecerle un servicio integral o "one-stop-shop" (ventanilla única), que le permite a su empresa gestionar todas sus obligaciones medioambientales para toda Europa a través de un solo agente externo. El beneficio para usted es que este enfoque conduce a una coordinación más sencilla y eficaz de este tema crítico, así como a una reducción de los costes asociados a estas tareas.

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