El Consejo de Ministros del 19 de mayo de 2020 aprobó la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aunque todavía falta la aprobación definitiva por parte de las Cortes. Para las diferentes asociaciones vinculadas a las energías renovables y la eficiencia energética, la tan esperada Ley supone un paso más para dar estabilidad y seguridad al sector.
El texto fija unos objetivos mínimos que solo podrán ser revisados al alza: España deberá alcanzar la neutralidad climática no más tarde de 2050 y el sistema eléctrico de España tiene que ser 100% renovable. Para ello, en 2030 las emisiones del conjunto de la economía española deberán reducirse en al menos un 20% respecto al año 1990 y al finalizar la próxima década, como mínimo, el 35% del consumo final de la energía deberá ser de origen renovable. En el caso del sistema eléctrico, la presencia renovable en 2030 deberá ser de al menos un 70%. Asimismo, las medidas de eficiencia energética tendrán que reducir el consumo de energía primaria en, al menos, un 35%.
Los objetivos del PLCCTE se implementarán a través de los sucesivos Planes Nacionales de Energía y Clima (PNIEC). El primero de ellos, para el periodo 2021-2030, diseña una trayectoria que permitirá reducir las emisiones en un 23% respecto a 1990 al finalizar la presente década, duplicando el porcentaje de renovables en el consumo final, hasta un 42%. La presencia de energías limpias en el sistema eléctrico llegará hasta 74% y la eficiencia mejorará en un 39,5%.
Además, la senda de descarbonización del país se proyectará a través de la Estrategia a Largo Plazo 2050, cuya primera versión ultima el Gobierno. Y junto a estos instrumentos de planificación, el PLCCTE diseña un marco de gobernanza para reforzar la participación.
A partir del 31 de diciembre de 2021 las comunidades autónomas deberán informar en la Comisión de Coordinación de Políticas de Cambio Climático de todos sus planes de energía y clima en vigor.
Las renovables y la eficiencia, palancas del cambio
En este texto se hace hincapié en el papel de la eficiencia energética y las energías renovables en el mix energético español y su progresiva penetración servirá para reactivar la economía a corto plazo.
Para facilitar este proceso, el proyecto incorpora medidas para facilitar su integración. Entre otras disposiciones, crea la figura del titular de almacenamiento como sujeto del sistema eléctrico, se instituye la figura del agregador independiente, que participará en el mercado comprando o vendiendo diferentes consumos agregados o electricidad generada de consumidores, productores o instalaciones de almacenamiento.
Para favorecer la flexibilidad del sistema, se impulsa la hibridación, es decir, que se incorporen distintas tecnologías de generación en una misma instalación. También se contempla la repotenciación de las instalaciones, que podrán aumentar su potencia instalada hasta alcanzar la máxima que se le permite verter a la red.
Nuevo marco retributivo para la generación renovable
Con el objeto de acompasar la introducción de renovables en el sistema, el texto prevé que el Gobierno desarrolle un nuevo marco retributivo para la generación renovable, basado en el reconocimiento a largo plazo de un precio fijo por la energía.
El nuevo marco retributivo se otorgará mediante subastas en las que el producto a subastar será la energía eléctrica, la potencia instalada o una combinación de ambas, y la variable sobre la que se ofertará será el precio de retribución de dicha energía. Se podrá distinguir entre distintas tecnologías de generación en función de sus características técnicas, niveles de gestionabilidad, criterios de localización, madurez tecnológica y aquellos otros que garanticen la transición hacia una economía descarbonizada, de acuerdo con la normativa comunitaria.
La eficiencia energética pone el foco en la rehabilitación
Las principales medidas para fomentar la eficiencia energética se concentran en el ámbito de la rehabilitación energética de edificios. Para atraer recursos hacia las acciones de eficiencia energética, el proyecto amplía hasta 2030, de acuerdo con lo previsto en la nueva Directiva de Eficiencia Energética, el Fondo de Eficiencia Energética.
La opinión del sector
Para la Asociación Española de Empresas de Fluidos (AEEFLOW), esta norma "define un marco institucional claro y estable fijando objetivos ambiciosos, pero coherentes con los compromisos de lucha contra el cambio climático que España ha adquirido con el Acuerdo de París, identificando los Planes Nacionales de Energía y Clima como las principales herramientas para alcanzarlos".